Amante

 

OFICIOS DEL CORAZÓN DE JESÚS: AMANTE.

FINAmar ardientemente al Corazón de Jesús para que a fuerza de amor y delicadeza le haga olvidar el desamor de las almas a Él consagradas. 

 

SE UNE: al Coro de los Serafines. 

 

VIRTUD: Amor delicadísimo de esposa. 

 

PETICIÓN: 

Concédeme Corazón de Jesús la gracia de sentir tu íntimo sentimiento por el desamor de las almas consagradas y gracia para hacértelas olvidar. 

 

JACULATORIAS:

* Corazón de Jesús, inflama mi corazón en el amor divino en que te abrasas.

* Corazón de mi amable Salvador, haz que arda y siempre crezca en mí tu amor.

* Dulce Corazón de Jesús, sed mi amor. Dulce Corazón de María, sed mi salvación.

El Amante

 

¿PODEMOS CONSOLAR AHORA AL CORAZÓN DE JESÚS?

Sí; porque, aunque es impasible, no es insensible. ¡Alegraos devotos del Corazón de Jesús!

Él está ahora cubierto de las ofensas de los malos, pero es sumamente accesible al amor y reparación de los buenos.

El desamor de aquellos no le puede hacer sufrir, pero nuestros obsequios y afectos le hacen actualmente gozar, aumentan su gozo accidental, le llenan de alegría Su Corazón.

 

¿QUE PODEMOS HACER NOSOTROS?

** Negativamente:

  • No más faltas voluntarias.
  • No aumentar las ofensas con nuestras propias infidelidades.

** Positivamente:

  • Fidelidad en las cosas pequeñas.
  • Hacerlo todo por amor.
  • Con purísima intención de darle gusto en todo.

** Ofrecimiento para todo el mes

(para hacerlo el Primer Viernes de Mes (se puede hacer cada día)

Divino Corazón de Jesús, por medio del Corazón Inmaculado de María -y de Su Esposo San José- y asociado al Coro de los Serafines, te ofrezco todas las oraciones, obras y padecimientos de este mes (de hoy), en unión de todas las intenciones por las cuales te inmolas sin cesar sobre el altar.
Te las ofrezco en particular para hacerte olvidar la indiferencia de los corazones que te están especialmente consagrados.

** Jaculatorias.

- Corazón de Jesús, inflama mi corazón en el amor divino en que te abrasas.

- Corazón de mi amable Salvador, haz que arda y siempre crezca en mí tu amor.

- Dulce Corazón de Jesús, sed mi amor. Dulce Corazón de María, sed mi salvación.

 

¿CÓMO VIVIA LA M. CONCEPCIÓN ESTE OFICIO? Un ejemplo práctico.

En sus últimos años de su vida su propósito ya es invariable: 'Pensando en Dios. Amando a Dios, y hacerlo todo porque es la Voluntad de Dios':

  • Fidelidad en las cosas pequeñas.
  • Hacerlo todo por amor.
  • Con purísima intención de darle gusto en todo.

Algunos ejemplos:

1.- Todas las semanas se cambian los oficios de tabla en el Carmelo. Cuando a ella le tocaba el oficio de servidora de segunda mesa, llamaba la atención lo bien barrida que dejaba la cocina. No se descuidaba ningún rincón, nada, por mínimo que fuese. La dejaba perfecta: tanto era así,que bastaba verla tan bien barrida que ya las monjas, sin ir a pensar, sabían: esta semana le toca a la M. Concepción el oficio. Y, no se equivocaban.

hugly.jpg

2.- Ponía en práctica cualquier detalle de la Regla, Constituciones, Ceremonial, Costumbres propias del monasterio, por mínimos que fuesen: incluso lo que alguna Hna. le indicaba, mientras no fuese contra ninguna disposición establecida, lo ponía también en práctica. Todo por amor.

3.- Había llegado a la comunidad un Corazón de Jesús de madera de alguien que se quería deshacer de Él, que ni hecho a propósito podía resultar más feo y desagradable; por lo que absolutamente nadie lo quería. Pero la M. Concepción, no miraba si estaba bien o mal logrado: era una imagen del Sgdo. Corazón y eso le bastaba. Se colocó encima de un arca de un tránsito. No pasaba ninguna vez la M. Concepción por allí, sin pararse ante Él. Conmovía verla rezarle, besarle, darle todo su amor. Ella le colmaba de cariño y atenciones. Le resarcía el amor que nadie le tributaba.

El cariño que daba a aquella imagen concreta, aunque fuese tan desagradable, humanamente hablando, habla bien alto del amor que tributaba al Corazón de Jesús en Sí mismo, independiente de la imagen que tuviese delante; restituyendo así el amor que no le dan las almas, sobre todo aquellas de quienes más espera: las almas a Él consagradas.

 

 


 Corazón de Jesús que se ha mencionado en el texto.