Oficios del Corazón de Jesús: reparador.
OFICIOS DEL CORAZÓN DE JESÚS: REPARADOR.
* Fin: Reparar las ofensas hechas a Jesús en el Sacramento de Su Amor.
* Se une: Al Coro de las Potestades.
* Virtud: Reparar las ofensas que recibe Jesús, sobre todo en el sagrario.
* Petición: Corazón de Jesús, dame íntimo sentimiento de las ofensas que recibes en la Eucaristía y gracia para repararlas.
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* Jaculatoria: Corazón de Jesús, te alabo, te adoro, te amo en todos los sagrarios de la tierra. Gracias por ser nuestro 'Eterno Contemporáneo'. |
¿EN QUÉ SE OFENDE A JESÚS EN LA EUCARISTÍA?
Irreverencias. Sacrilegios. Profanaciones. Insultos. Blasfemias. Frialdad. Desprecio. Tibieza. Ingratitud. Rutina. Olvido...
"¿No crees -le dijo el Corazón de Jesús a Santa Margarita- que se necesitaba toda la fuerza de amor de un Dios para instituir este Sacramento? y, sin embargo, no titubeé un solo instante en instituirlo".
¿QUÉ ES REPARAR?
El Corazón de Jesús le dijo a Santa Margarita "tú, al menos, suple su ingratitud tanto cuanto te sea posible".
El compensar estas injurias y desamor se llama REPARACIÓN.
El Corazón de Jesús quiere almas reparadoras que le devuelvan amor por amor y pidan humildísimamente perdón a Dios por las injurias que se le hacen.
¿QUÉ PODEMOS HACER NOSOTROS? ¿Cómo hemos de reparar?
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Cumpliendo bien nuestros deberes.
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Oración
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Ofrecer mis padecimientos.
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Sacrificios voluntarios.
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Con obsequios Eucarísticos, como:
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Misas oídas con devoción.
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Comunión sacramental.
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Comuniones espirituales.
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Visitas al sagrario.
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Hora Santa.
¿Cómo hacer eficaz nuestra reparación? |
1. Uniéndola al Sacrificio de Cristo en la Cruz, que se renueva todos los días en la Santa Misa. 2. Ofreciendo nuestras obras 'en unión' con las obras del Corazón de Jesús y por medio de Él. |
Ofrecimiento para todo el mes: |
Para hacer el Primer Viernes de mes (se puede hacer cada día)
Divino Corazón de Jesús, por medio del Corazón Inmaculado de María y de su Esposo San José y asociado al Coro de las Potestades, te ofrezco todas las oraciones, obras y padecimientos de este mes (de hoy), en unión de todas las intenciones por las cuales te inmolas sin cesar sobre el altar. Te las ofrezco en particular en reparación de las injurias que recibes en la Santísima Eucaristía. Amén. |
Consagración:
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Corazón de Jesús Sacramentado, me uno a ti para ofrecer a Dios Padre mi corazón, contrito y humillado. Supla tu amor mi ingratitud y olvido de ti. Concédeme estar siempre con gran atención, veneración y amor ante ti, y que me ocupe con todo empeño en atraer -con palabras y ejemplos- muchas almas que te conozcan y te amen y gocen de ti. Te elijo por blanco de todos mis afectos y deseos y desde ahora y para siempre te constituyo mi perpetua morada. Amén. |
Prácticas de virtud: |
- Actos de fe viva en la Presencia de Jesús Sacramentado. - Evitar la rutina, toda distracción y desacato ante Su Presencia. - Prepararme con fervor para recibir la Comunión |
Jaculatoria: |
Corazón de Jesús, te alabo, te adoro, te amo en todos los sagrarios de la tierra. Gracias por ser nuestro 'Eterno Contemporáneo'. |
LA DEVOCIÓN DE LA MADRE CONCEPCIÓN POR LA EUCARÍSTIA. Un ejemplo práctico.
Vivía durante el día, inmersa en la presencia de Jesús Sacramentado.
Citaremos algunas pinceladas eucarísticas de su vida, que nos dicen cómo el Sagrario era su norte:
En efecto, cual brújula siempre orientada y señalando el Norte, así ella, cuando estaba en su celda o en la oficina de su trabajo, se volvía físicamente en dirección al sagrario de la iglesia del monasterio. Y, si por motivo de la luz de la ventana no se podía orientar hacia él, lo hacía hacia el sagrario de otra iglesia. Pero siempre, infaliblemente, se orientaba hacia Jesús Sacramentado al que buscaba expresamente.
Apenas se levantaba para dar las tablillas y despertar la comunidad- iba antes que nada al coro y hacía una Visita al Santísimo. Miraba si la lamparilla de aceite estaba encendida y, la encendía si no lo estaba.
Su última visita antes de acostarse también se la llevaba Él.
Todas las veces que pasaba por el tránsito, a la altura de la entrada del coro, hacía una genuflexión, o entrando en el ante coro se postraba unos instantes: 'omnis terra, adore Te et psallat tibi'('que toda la tierra te adore y te alabe').
El tiempo que la comunidad desayunaba ella iba al coro y de rodillas permanecía ante el sagrario.
Cada mañana antes de subir a la ropería iba primero al Coro y arrodillada le hacía una Visita.
Cuando en los días de retiro no se hace la Visita al Santísimo en comunidad, ella nunca la descuidaba. Después de comer indefectiblemente se dirigía al coro y de rodillas rezaba la Estación al Santísimo.
Cuando estaba casi ciega y, por la poca estatura con que había quedado, no podía ver la Santa Misa, por tener monjas delante, decía que le iba muy bien porque veía las manos del sacerdote en la consagración y la Elevación. Que ya no necesitaba ver más. En este momento repetía en voz baja: 'Señor mío, y Dios mío'.
Era 'María del sagrario' -tenía asignados dos sagrarios abandonados.
Por respeto a Jesús Eucaristía, durante los trabajos de limpieza en el coro, procuraba no dar nunca la espalda al Santísimo, sino hacerlos de cara a Él.
Hacía las genuflexión con mucha conciencia y reverencia cada vez que entraba al coro, al cruzarlo y al salir- aunque fuese cargada.
Hacía comuniones espirituales durante el día.
Siempre, hasta que se rompió las caderas, estuvo de rodillas para la acción de gracias de la Comunión, después de la Misa.
Se preparaba mucho para la Santa Misa. Se ofrecía a sí misma y se unía a la Víctima Divina.
En atención a Jesús que había recibido, antes del primer bocado de la comida, bebía un poco de agua.
No reparaba en sacrificios para bajar al coro bajo para la Santa MIsa, por achaques que tuviese.
Velaba la Hora Santa de 11 a 12 de la noche, del jueves a viernes.
Pedía licencia para velar toda la noche el Monumento del Jueves Santo, acompañando a Jesús en el tiempo que estuvo en su prisión.
Velaba toda la noche la vigilia del Sgdo. Corazón de Jesús, aunque pusiesen turnos de vela, pedía para quedar toda la noche.
Cuando tenía que cambiarse la toca, no lo hacía a cualquier hora, sino antes de comulgar, en atención al Santísimo.
Cuando se la llamaba al locutorio se despedía antes del Santísimo y le pedía su bendición, y al regresar iba otra vez al sagrario pidiéndole que supliese lo que había errado.
Cuando se tenía que resolver algún asunto por votación y las monjas le pedían qué hacer, solía aconsejarles: 'haga oración delante del sagrario'.
Cuando comulgaba se la veía muy recogida.
Los sacrificios en las comidas, en el trabajo, en todo... eran incontables, aprovechaba todo para reparar.
Al principio de su vida religiosa fray Francesco Regis, trapense, le escribió pautas sobre cómo podía reparar; ella las tomó muy en serio toda su vida, de manera que ya eran en ella del todo habituales y como connaturales.
Le decía el Padre:
"Tienta a veces el diablo respecto a la comida – considera como venida de manos de Jesús, lo que es verdad; pídele que la bendiga y verás como la encontrarás buena. Yo me digo: hoy falta un poco de sal, mañana será salado, hoy es frío... mañana será caldo, hoy es crudo, mañana será... el arroz o macarrón... pasta... y la reparación no falta. Y con este sistema, como bien, y hago honor al cocinero, quién está muy contento, y cree haber hecho maravillas, el pobre ha hecho cuanto ha podido y sabido; yo tal vez habría hecho peor...
Ámale mucho que por redimirte dio toda su sangre, me parece sentirle diciéndote siempre: Tú, al menos ámame, ámame por tantos cristianos que me aman tan poco"
Amando Jesús tanto al hombre quiere ser correspondido y no encuentra más que frialdad. Repara, repara, con un amor intenso, tanta ingratitud".
"Esta imagen que te mando te recordará los grandes deseos que tiene tu Esposo de ser amado con ardor – ponte el breviario u otro lugar donde / para que lo veas con frecuencia".
"Alegrémosle con nuestras buenas acciones en reparación de tantos excesos e injurias". |
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Estampa que le regaló Fray Francesco Regis. |