Oficios del Corazón de Jesús: suplicante.
OFICIOS DEL CORAZON DE JESÚS: EL SUPLICANTE.
* Fin: Pedir al Espíritu Santo y al Corazón de Jesús por todos. Corazón de Jesús te pido que derrames las riquezas de tu Corazón sobre todos los necesitados.
* Se une: Al coro de los Ángeles.
* Virtud: Orar con ilimitada confianza por todas las necesidades-sobre todo espirituales- de todo el mundo.
* Jaculatoria: ¡Corazon de Jesús en Ti confío! |
EXPLICACIÓN DEL OFICIO.
El Corazón de Jesús suplicante por nosotros:
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La oración de Jesús en su vida mortal: era tan continua, que ni el trabajo ni otras ocupaciones, ni el mismo sueño podían interrumpirla.
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La oración de Jesús en su vida gloriosa: está siempre vivo para interceder por nosotros. Por esto nos exhorta el apóstol S. Juan: 'hijitos míos, estas cosas os escribo a fin de que no pequéis; pero aún cuando alguno pecare (no desespere, pues) tenemos por abogado para con el Padre a Jesucristo justo; y El mismo es la víctima de propiciación por nuestros pecados; y no tan sólo por los nuestros, sino también por los de todo el mundo' (I Jn, II, 1-2).
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La oración de Jesús en su vida Eucarística: Jesús en el sagrario ruega al Padre por todos los hombres y también por mi. Jesús está en el sagrario como una fuente abundante de donde todos podemos sacar cuantos bienes y gracias queramos. 'Su Corazón a todos está abierto. No puede contener su amor y sus gracias y por eso manifiesta Su Corazón abrasado' (Sta. Margarita Mª Alacoque).
Nosotros, suplicantes con el Corazón de Jesús:
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¿Por qué hemos de orar? Jesús nos muestra la conveniencia de que oremos sin cesar, sin desfallecer. Él quiere que le pidamos cuanto necesitemos: "pedid y recibiréis, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá; porque quien pide recibe, quien busca encuentra, y al que llama se le abre" (Lc. XI.9-10). "Orad para que no caigáis en la tentación" (Mc. XIV, 38).
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¿Cómo hemos de orar? Uniendo nuestras súplicas a las del Corazón de Jesús 'hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre; pedid y recibiréis para que vuestro gozo sea completo' (Jn. XVI,24)
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¿Por quienes hemos de orar? Por todos y por todo:
por los creyentes y no creyentes. por todas las naciones y pueblos del mundo. por la libertad de enseñanza religiosa en los colegios. para que se respete la vida: desde el primer instante de la existencia humana, hasta su fin natural. por la pureza de los niños y los jóvenes. por la unión de las familias y fidelidad de los esposos. por la fidelidad y perseverancia de los sacerdotes y consagrados. para que haya buenas vocaciones al sacerdocio y al sacramento del matrimonio. por los que no tienen trabajo. por los justos y pecadores. por los amigos y enemigos. por los conocidos y desconocidos. por las necesidades espirituales y materiales. por los agonizantes. por las almas del purgatorio...
¿QUÉ PODEMOS HACER NOSOTROS?
Ofrecimiento para todo el mes: |
Para hacerlo el Primer Viernes de mes (Se puede hacer cada día).
Corazón de Jesús, por medio del Corazón Inmaculado de María -y de Su Esposo San José- y asociado al Coro de los Ángeles, te ofrezco todas las oraciones, obras y padecimientos de este mes en union de todas las intenciones por las cuales te inmolas sin cesar sobre el altar. Te las ofrezco en particular suplicando a Dios Padre que derrame las inmensas gracias de tu Corazón sobre todos nosotros; sobre todos cuantos se hallen en algún grave peligro espiritual o temporal y especialmente sobre los agonizantes y las almas del Purgatorio. Amén. |
Petición: |
Corazón de Jesús, concédeme tu Espíritu de continua oración, que pida a Dios Padre que derramae tus bondades sobre todos los hombres. |
Sacrificio: |
Ofrecer algún sacrificio, algo que cueste, por la necesidad que suplico. |
Visita al Sagrario: |
Corazón de Jesús te pido que derrames las riquezas de tu Corazón sobre todos los necesitados. |
Jaculatoria: (repetir muchas veces al día): |
Corazón de Jesús en tí confío (suplicando por la necesidad particular que se desee: que ayudarás a... que arreglarás... que salvarás a... |
La Jaculatoria milagrosa:
¡CORAZÓN DE JESÚS, EN TI CONFÍO!
El Corazón de Jesús quiere ser conocido, amado y glorificado de sus criaturas por el ardiente deseo que tiene de comunicar sus gracias a las almas y a los corazones y proveer sus necesidades. Mi confianza en Él tiene que ser amorosa y del todo ilimitada.
¡PORQUE CREO EN TU AMOR PARA CONMIGO!
Yo confío en ti, no en mí. Confío, no en mis méritos, sino en los tuyos; no en mis obras, sino en las tuyas. No en mi santidad, sino en la tuya. Confío en tu bondad, en tu perdón, en tu benevolencia, en tu infinita misericordia. Si caigo me levantaré enseguida con tu gracia y confiaré en ti. Déjame descansar en tu Corazón y hacer de Él mi morada. Tú me harás santo a fuerza de confiar en ti. |
¿CÓMO VIVIA ESTE OFICIO LA MADRE CONCEPCIÓN?
En Diciembre de 1962, una monja de la comunidad tenía un asunto delicado que le hacía sufrir mucho, en el que intervenía uno de sus familiares.
Se lo manifestó a la Madre Concepción que le dijo que no sufriera, que se lo confiara al Sagrado Corazón, pero no sólo de palabra, sino con verdadera confianza, CONFIANDO DE VERDAD EN ÉL. Así lo hizo, y el asunto se resolvió muy favorablemente.
La Madre Concepción no se quejaba de nada, siempre estaba en continua oración. Cuando no era preciso hablar, tomaba el rosario en sus manos, o repetía su jaculatoria de todas horas "Corazón de Jesús, en Ti confío".