Los 7 dolores y gozos de San José.

 

san jose huerta palmera

 

 

 

San José con el niño Jesús.

 

Imagen en la huerta.

Montasterio de MM. Carmelitas Descalzas de Palma de Mallorca.


 

Los siete domingos de San Jose son una costumbre de la Iglesia para preparar la fiesta del 19 de marzo. Es una meditación que ayuda a conocer mejor al Santo Patriarca y a recordar que también él ofrontó alegrías y dificultades.

La Madre Concepción los rezaba todos los días.

 

LOS SIETE DOLORES Y GOZOS DE SAN JOSÉ.

 

1- Casto esposo de María Santísima, glorioso San José: 

por el dolor que tuviste ante la duda de tener que abandonar a tu querida esposa, y por el gozo que te causó la revelación angélica del misterio de la Encarnación; te suplico me alcances dolor de mis juicios temerarios e indebidas críticas al prójimo, y el gozo de ejercer la caridad viendo en él a Cristo.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.


2- Feliz patriarca, hijo de David, padre virginal del Verbo humanado, glorioso San José:

Por el dolor que te conmovió viendo nacer al Niño Jesús en tanta pobreza y por el gozo que te inundó al verle cantado por los Angeles y adorado por los pastores; te suplico me alcances dolor de mis codicias y egoísmos, y el gozo de servirle con pobreza y humildad.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio....

3- Obediente ejecutor de las leyes divinas, glorioso San José:

Por el dolor que te produjo en la circuncisión ver derramar la primera sangre al Mesías, y por el gozo que sentiste al oír su nombre de Jesús, Salvador; te suplico me alcances dolor de mis vicios y sensualidades, y el gozo de purificar mi espíritu practicando la mortificación.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio... 

4- Fiel santo, partícipe en los misterios de nuestra redención, glorioso San José:

Por el dolor que te traspasó al escuchar en la profecía de Simeón lo que había de sufrir Jesús y María, y por el gozo que te llenó al saber que sería para la salvación de innumerables almas; te suplico me alcances dolor de haber crucificado a Cristo con mis culpas, y el gozo de llevarle los hombres mediante mi ejemplo y mi palabra.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio... 

5- Vigilante custodio del Hijo de Dios hecho hombre, glorioso San José:

Por el dolor que te angustió al saber que Herodes quería matar al Niño, y por el gozo que te confortó al huir con Jesús y María a Egipto; te suplico me alcances dolor de mis pecados de escándalo, y el gozo de apartarme de las ocasiones de ofender a Dios.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio... 

6- Ángel de la tierra, que tuviste a tus órdenes al Rey del cielo, glorioso San José:

Por el dolor que te infundió el temor de Arquelao, y por el gozo con que te tranquilizó el Angel, de volver a Nazareth; te suplico me alcances dolor por mis cobardías y respetos humanos, y el gozo de confesar a Cristo en toda mi vida pública y privada.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio... 


7- Modelo de toda santidad, glorioso San José:

Por el dolor que padeciste al perder, sin culpa, durante tres días al Niño, y por el gozo que experimentaste al encontrarlo en el templo entre los doctores; te suplico me alcances dolor cada vez que por mi culpa pierda a Cristo, y el gozo de vivir siempre en gracia y morir felizmente, bajo su patrocinio, en los brazos de Jesús y María, para cantar eternamente sus misericordias.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio...


Ruega por nosotros, padre nuestro San José.

Para que seamos dignos de alcancar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

 

Oremos:

Dios Todopoderoso, que confiaste los primeros misterios de la salvación de los hombres a la fiel custodia de San José: haz que por su intercesión la Iglesia los conserve fielmente y los lleve a plenitud en su misión salvadora. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.